Las sociedades modernas han convertido en una especie de máxima universal la frase que dice: "Sin libros no hay cultura y sin cultura no hay libros". Esta frase expresa, sin duda, la asociación simbiótica que existe entre los libros y la cultura; asociación que se fortaleció de manera casi inseparable con la aparición de la imprenta en el siglo XV. No obstante, consideramos que la frase quedaría perfecta si le incluimos dos elementos adicionales, de tal manera que rece: "Sin autores no hay libros, sin libros no hay lectura y sin lectura no hay cultura".
La existencia de los libros, sin embargo, no dependen hoy en día única y exclusivamente de la vocación, la concepción estética o del simple gusto por el trabajo; su existencia también se debe a la protección que los Estados le conceden a los autores a través de las estructuras institucionales del derecho de autor, las cuales facultan a los creadores no solo para defender los derechos sobre sus creaciones, sino que, adicionalmente, les dan la oportunidad a éstos de vivir de la explotación económica del resultado de su esfuerzo creativo.
La historia del derecho de autor que comenzó hace casi trescientos años, con la expedición del Estatuto de la Reina Ana de 1710, nos recuerda también que en aquella época los autores no fueron en principio los protagonistas, pues los privilegios otorgados en este primer estatuto autoral favorecían a los editores en su condición de cabeza visible de la naciente industria del libro.
Por lo anterior, la selección por parte de la Unesco del 23 de abril de cada año para rendir homenaje al libro y al derecho de autor, constituye un merecido reconocimiento a los autores, al libro y a la cultura. Pero, además, dicha fecha debe recordarle a nuestros gobiernos el compromiso de seguir protegiendo a aquellos sin cuyo concurso resulta inimaginable la perpetuación de las expresiones culturales de nuestros pueblos.
Dentro de este contexto, conviene recordar las palabras del Director General de la Unesco, Koichiro Matsuura, quien al referirse recientemente a la importancia de esta celebración, expresó: "…Un libro es mucho más que varias páginas impresas: es el contacto con el conocimiento, con el pensamiento de muchos hombres, con diversas culturas".
Para la Dirección Nacional de Derecho de Autor, esta fecha es un gran motivo de celebración, pero también una oportunidad para reforzar en todos los colombianos, la importancia que tiene el respeto por las creaciones de nuestros autores y artistas, por ello y para celebrar este día, se diseñará un afiche conmemorativo para publicarlo en universidades, bibliotecas, librerías y entidades culturales de las principales ciudades del país, a la vez que realizará en asocio con la Cámara de Comercio de Bogotá, un Seminario Internacional sobre el Derecho de Autor y las Industrias Culturales.
Los invitamos a festejar con nosotros este día y a que sean voceros de la importancia de proteger los derechos de quienes con su creatividad e ingenio, engrandecen el arte y la cultura de nuestro país.